TERRITORIOS INTELIGENTES: más allá de las ciudades inteligentes

TERRITORIOS INTELIGENTES: más allá de las ciudades inteligentes

Las Smart Cities o Ciudades Inteligentes son aquellas que mediante los avances tecnológicos buscan mejorar la calidad de vida de sus habitantes junto con la sostenibilidad del medio ambiente. El propósito final de una Smart City es “alcanzar una gestión eficiente en todas las áreas de la ciudad como el urbanismo, infraestructuras, transporte, servicios, educación, sanidad, seguridad pública, energía, satisfaciendo a las necesidades de la urbe y de sus ciudadanos”, según lo define el Libro Blanco Smart Cities.

Pero ya no solo se habla de ciudades inteligentes. Cada vez hablamos más de islas inteligentes, regiones inteligentes… En definitiva, poco a poco se está consolidando utilizar ‘territorios Inteligentes’ para referirnos a un ámbito más amplio que denominamos internacionalmente como ‘Smart Sustainable Cities and Communities’.
 

Entonces, ¿qué es un territorio inteligente?

La ONU lo define como “territorios innovadores que utilizan las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) y otros medios para mejorar la calidad de vida, la eficiencia de la operación y los servicios urbanos y la competitividad, asegurando que se satisfacen las necesidades de las generaciones presentes y futuras, así como aspectos culturales”.
 

El ADN de los territorios inteligentes:

  • Se desarrollan mediante proyectos estratégicos. Apuestan por proyectos estratégicos que tienen un interés regional y capacidad de transformar ese territorio y, por lo tanto, tienen otra dimensión.
  • Son proyectos que buscan la integración en el paisaje, en el entorno, en las conexiones con los sistemas urbanos existentes.
  • Son proyectos que apuestan por la innovación.
  • Se basan en un concepto de fusión y mezcla de los usos urbanos, recuperar los valores del urbanismo tradicional. Generar vida urbana, reduciendo las necesidades energéticas y de movilidad.
  • El urbanismo para una vida saludable. Un urbanismo de valores que responda a conceptos, generar espacios para propiciar la vida en el espacio público.
  • Un urbanismo Sostenible y Arquitectura Bioclimática. Lugares en los que se consuma muy poca energía y haya respeto al entorno.
  • Objetivo Cero Emisiones. O al menos, minimizar las emisiones.
  • Ciclo Completo del Agua y Reciclaje de Residuos. El agua es un recurso escaso en el planeta y debemos preservarla, reutilizarla… Lo mismo sucede con los residuos, somos grandes generadores de residuos y puede ser muy dañino para nuestro entorno y futuras generaciones.
  • Tecnología Digital de Última Generación. Implantar tecnología digital como medio para mejorar una ciudad, hacer más habitable un entorno, más competitivo… Siempre y cuando esto no se convierta en un fin como tal.
  • Rentabilidad Económica y Social. Los proyectos urbanos deben enfocarse a la búsqueda de la doble rentabilidad, no son aceptables los proyectos que solo buscan una rentabilidad económica.

 

En España, en 2011 se fundó la Red Española de Ciudades Inteligentes (RECI), un foro para que las ciudades compartan experiencias, éxitos y fracasos e ir aprendiendo de todo ello, generando así un mapa de necesidades, servicios, soluciones y equipamientos enfocados hacia un futuro sostenible.

En junio del 2017, José María Lassalle, secretario de Estado para la Sociedad de la Información y la Agenda Digital (SESIAD), planteó el desarrollo de un país inteligente a través del uso del Big Data para facilitar la interoperabilidad en las ciudades inteligentes, crear destinos turísticos inteligentes, creación de comunidades rurales inteligentes y también de servicios públicos 4.0. Y destacó que lo primordial es “buscar soluciones tecnológicas que abarquen todo el territorio, sobre todo a los rurales, que están en peligro de aislamiento territorial y de obsolescencia económica”.

Las ciudades, los territorios son para las personas, para las generaciones actuales y, sobre todo, las futuras, ya que si seguimos con la tendencia que hemos llevado hasta ahora, se calcula que para el 2030 el planeta Tierra empezará a no ser viable y los datos que se estiman para el 2050 no son nada favorables. Por este motivo la clave del éxito se centra en las personas como núcleo de cualquier planteamiento, y con la tecnología como base.

Los territorios deben adaptarse y contratar suministros y servicios que integren sistemas inteligentes como sensores y comunicaciones que cumplan los estándares de cada una de las capas de la arquitectura de sistemas. De no ser así, los territorios cada vez serán más caros, menos atractivos para sus habitantes y empresas y terminarán por convertirse en zonas degradadas.

¿Somos conscientes del futuro que les estamos dejando a las generaciones venideras?